Después de que el valor del dólar libre alcanzó un máximo nominal de $497 debido a la reciente corrección cambiaria, Steve Hanke, un profesor de Economía Aplicada de la Universidad Johns Hopkins en los Estados Unidos, sugirió dolarizar como la única solución viable para estabilizar la economía argentina.

Hanke compartió un breve mensaje en Twitter: «No al peso, no a las criptomonedas, no al bitcoin, sí al dólar estadounidense». Su tweet estaba acompañado de una imagen de la bandera argentina con el sol hundiéndose en la banda celeste inferior, que aparece ondulada como si fuera un mar.

Pocos minutos después, Hanke publicó otro tuit con su «Currency Watchlist», que sitúa al peso argentino como la sexta moneda más devaluada del mundo hasta el 21 de abril de este año. Si se toman en cuenta los datos de la semana pasada, el peso argentino podría haber escalado aún más en ese ranking.

Durante el período analizado por Hanke, el peso argentino experimentó una devaluación del 53% frente al dólar estadounidense, lo que lo coloca en el sexto lugar de las monedas más devaluadas del mundo, detrás de las monedas de países como Zimbabue, Venezuela, El Líbano, Cuba y Sierra Leona. Además, el peso argentino se depreció solo medio punto porcentual menos que la moneda que ocupa el quinto lugar en el ranking, la libra sudanesa del Sur, que se encuentra en medio de una guerra civil que ha sido comparada en su gravedad con la situación en Ucrania después de la invasión rusa.

Durante la negociación del acuerdo con el FMI en diciembre de 2021, Steve Hanke declaró que, si la Argentina se dolarizara, tendría un auge económico y sus líderes se convertirían en héroes nacionales. En marzo de 2022, después de que se firmó el acuerdo con el FMI, observó nuevamente que la Argentina era un desastre y que su única opción era dolarizar, ya que con un tipo de cambio flexible había sufrido demasiados shocks y era inmanejable.

El tema de la dolarización se ha vuelto cada vez más relevante en la política argentina, especialmente después del aumento de la inflación y de la reciente subida del dólar en el mercado informal, que alcanzó un máximo histórico nominal de $497 la semana pasada. El ascenso en las encuestas de Javier Milei, quien ha hecho de la dolarización una de sus principales banderas políticas, también ha contribuido a este debate. El gobierno intentó controlar la situación mediante la venta de bonos en dólares y reservas, logrando una baja del dólar a $467, aunque cerró en $469 el viernes con una leve subida.

Durante la semana, la propuesta de dolarización recibió tanto apoyo como críticas, e incluso llegó a una respuesta de la vicepresidenta Cristina Kirchner, quien el jueves rechazó la idea y atacó personalmente a Javier Milei, elevándolo a la contienda electoral.