A casi una década del año más violento en la estadística oficial, el departamento Rosario se encuentra ante una situación inédita: como nunca antes en la historia, el techo de 200 homicidios se rompió en algo más de ocho meses.
La economía ilegal y la actividad de las organizaciones criminales explican la mayor parte de una serie de crímenes en los que se expone, además, un aumento inquietante entre las víctimas de mujeres y menores de edad: el crimen 200 tuvo como víctima, el lunes a la tarde, a una joven de 27 años.
Mara Silveira estaba a las 16.30 en French y San Gerónimo, en el barrio Industrial, cuando la atacaron a balazos desde una camioneta Ford EcoSport.
Hacia la noche, a pocas cuadras de distancia, Walter Osvaldo Fracchia (49) fue acribillado a balazos en las calles Larrea y Esquiú, del barrio Empalme Graneros, en la zona norte.
El jefe de Policía de Santa Fe, Miguel Ángel Oliva, confirmó en la mañana de este martes que trabajan sobre la hipótesis de una conexión entre los dos crímenes. Mientras tanto, la cifra de muertos continúa extendiéndose.
La sumatoria de casos entre enero y los primeros días de septiembre es la más alta en los registros del Observatorio de Seguridad Pública de Santa Fe (OSP).
Ni siquiera en 2013 –cuando se alcanzó el récord anual con 271 homicidios, entre ellos el de Claudio «Pájaro» Cantero, líder de Los Monos– hubo una cantidad semejante de casos durante ese período.
La cantidad de asesinatos creció en forma significativa en 2020 y 2021. Los números actuales reflejan una suba interanual del 28 por ciento y marcan una tendencia difícil de revertir.
Cambio de autoridades
Ante esta evolución desfavorable, el gobernador Omar Perotti dio un golpe de timón fuerte. El abogado Jorge Lagna presentó la renuncia el 10 de agosto y el ministerio de Seguridad de Santa Fe quedó en manos de Rubén Rimoldi, un comisario general retirado al que le pidieron “muchos hechos y pocas palabras” para mostrar cuál es el camino a seguir.
Además, asumió un nuevo jefe de Policía en la provincia, Miguel Oliva, en lugar de de Emilce Chimenti.
Al margen de este cambio de perfil, en Rosario no hubo variaciones positivas en lo que respecta a los niveles de violencia. En las primeras dos semanas de gestión del nuevo funcionario, se reportaron 18 homicidios en la ciudad y la región, uno cada 19 horas.
Alrededor del diez por ciento de las personas asesinadas este año en la ciudad y localidades vecinas eran menores de edad. Hasta el momento fallecieron 21 niños, niñas y adolescentes, una cantidad que ya supera el total correspondiente a 2021. La lista incluye tres bebés de un año, dos de ellos acribillados a balazos en diferentes ataques en los que también mataron a sus padres.
Si bien existen otras zonas conflictivas, el principal foco de la violencia armada se ubica entre el norte y el oeste de Rosario. En un radio de casi 20 cuadras se registraron al menos 41 homicidios, más del veinte por ciento del total de casos reportados en lo que va de 2022.
El sector más violento comprende a barrios populares como Larrea, Industrial, Empalme Graneros y Ludueña. En estos dos últimos, la Justicia denunció este año una presunta célula de Los Monos cuya actividad incluye a menores de edad utilizados como mano de obra para llevar adelante balaceras, extorsiones y usurpaciones en la disputa del terreno donde se vende droga.
“Hoy ya hay treinta pibes llevándole su currículum a Mauro Gerez para entrar a la banda, deseosos de ser narcos”, lamentó el fiscal Pablo Socca. Lo hizo el día después de 57 allanamientos solicitados junto a la Justicia federal para dar con integrantes de la organización.
Cuando lo detuvieron en mayo pasado, al joven de 28 años lo identificaron como el jefe de sicarios dentro de una red ilegal comandada desde la cárcel de Piñero.
Además de reclutar soldaditos y planificar los ataques, a veces se encargaba de actuar como tirador. A Gerez se lo señala, además, como un hombre cercano al clan Cantero, quienes comandan la banda Los Monos.
Otro dato relevante de la estadística criminal es que en el departamento Rosario fueron ejecutadas más mujeres que en años anteriores. Hasta 2021, representaban el diez por ciento de las víctimas. El último reporte semanal del OSP indica que actualmente esa relación supera el 23 por ciento. Más del doble.
f: Clarín.