En la actualidad tienen permiso para vender bebidas alcohólicas hasta las 4 y el local debe cerrar sus puertas a las 5. Piden que eso cambie y poder hacerlo una hora más tarde.

Los boliches de la capital salteña están obligados a cerrar sus barras de expendio de bebidas alcohólicas a las 4 de la madrugada y bajar sus persianas a las 5. Desde la Cámara de Discotecas de Salta, manifiestan que este horario los perjudica severamente. Por ese motivo pidieron a la Municipalidad abrir hasta las 6 de la mañana, tal como lo hacían antes de que se desatara la pandemia. Sostienen que están a la espera de una respuesta urgente.

«Nos dijeron que iban a rever nuestro pedido y contestar. En principio, si estaban de acuerdo porque nosotros argumentamos las razones por las cuales el horario de los boliches siempre fue hasta las 6 de la mañana», manifestó el referente de la Cámara de Discotecas de Salta, Mario Delaloye, propietario del boliche Elephant.

Añadió que la descongestión de gente de los locales de manera paulatina, encontrar la luz del día a la salida para emprender el camino a casa, proporciona mayor seguridad y un menor caos vehicular. Estos son los beneficios del horario que solicitan.

«Actualmente la gente llega a las 2 o 3 al boliche, entonces tenemos una sola hora de venta de bebidas lo cual hace que la gente sea tomadora compulsiva porque sabe que tiene poco tiempo para tomar. A las 4 cortan la barra y a las 5 cierra el boliche. Entonces se van a las fiestas clandestinas y afters en los que no hay ningún tipo de control. Ahí se quedan hasta las 9», precisó Delaloye.

Con relación al nivel rentable, la actividad se complica ya que solamente tienen una hora reloj de consumo real. «La gente llega y hasta que podemos facturar ya se corta el movimiento a las 4», remarcó.

Mencionó que cerca de las 4 o 5 de la madrugada los colectivos aún no circulan con mucha frecuencia. «Pasan pocos, sigue estando oscuro y en las paradas se ve gente de todas las edades, niveles sociales. Es un clima perfecto para los enfrentamientos que se dan, los incidentes. Hay que prevenir, evitar esto», hizo hincapié.

Sostuvo que la luz del día del amanecer otorga mayor seguridad en las calles. «El despeje es más tranquilo porque paulatinamente la gente que se quiere ir un poco más temprano del boliche, lo va haciendo, entonces quedan menos clientes que cuando salen se dan con la claridad y pueden irse mejor a sus hogares», sostuvo.

Deudas

Los propietarios de boliches salteños aseguraron que tras la pandemia quedaron muy endeudados. Sin embargo, sus clientes han regresado a los locales y eso revirtió el miedo que tenían.

«Gracias a Dios la gente volvió a los locales. Ese era el gran temor nuestro, que ganen las fiestas clandestinas y no volvieran pero el nivel de concurrencia es bueno, lo que sí el poder adquisitivo de la gente es escaso y eso hace que se complique la actividad, más aun si tenemos limitaciones de horario para trabajar», remarcó.

Entre los principales boliches de Salta están Castillo Mao Mao, La Rosa Disco, Elephant, La Roka, Salón, Hakuna, Juan de los Palotes y Pecas. Los días de mayor concurrencia son los sábados y menor medida los viernes y jueves, aunque no todos abren los mismos días.

Atrás quedaron las restricciones sobre la capacidad de gente por la pandemia. Los boliches trabajan con un aforo del 100 por ciento.

Por su parte, el dueño de Castillo Mao Mao, Jorge Villalobos, señaló que esperan una respuesta pronta a su pedido de extensión de horario hasta las 6.

Dijo que se trata de una cuestión de seguridad, de combatir los «afters» y fiestas clandestinas y contener a los jóvenes que salen a bailar.

«Si es muy temprano la gente se va a seguir los festejos en los afters donde no hay nada de seguridad. Nosotros somos los únicos que podemos contener a la gente. Además en la primavera y verano, temporada fuerte, necesitamos trabajar y recuperar lo que hemos perdido por la pandemia», dijo.

Los propietarios de boliches contaron que dentro de todo están trabajando bien, aunque no están 10 puntos. La crisis económica, política y la inflación los golpea fuerte, como a toda la sociedad.

«Nos está costando todo. Se siente la situación económica que vivimos todos los argentinos pero por lo menos estamos en actividad», manifestó Villalobos.

Añadió que vienen paliando la crisis y enfrentando las subas. «Todas las semanas tenemos subas de precios en todos los insumos: vasos, bebidas. Eso nos afecta mucho y no podemos subir los precios todas las semanas porque eso significa correr al cliente».

Los empresarios aseguraron sentirse en desventaja con relación a los bares. Sostuvieron que cualquier persona puede abrir uno y realizar bailes y que eso representa mucha desventaja porque no tributan igual que los bolicheros. «Solicitamos que controlen que los bares y confiterías cierren en su horario y se dediquen a la actividad de su rubro, a la que corresponde, porque muchas quedan abiertas hasta tarde, corren las sillas, las mesas y hacen los bailes. Este es otro de nuestros reclamos y lo tienen que analizar», finalizaron.

f: El Tribuno