Afirman que los hechos de inseguridad se deben a un aumento de adicciones. En Las Lajitas, durante el último fin de semana se registraron cuatro saqueos.

Productores de Anta están en alerta por los crecientes hechos de inseguridad que están ocurriendo en la zona. En el campo denuncian que los robos que sufren ya no son incidentes aislados sino que se han transformado en moneda corriente.

Desde hace años los productores vienen denunciando hurtos de cosechas, agroquímicos y elementos de trabajo. Aseguran que, en algunos casos, son robos violentos. Este último fin de semana, empresarios rurales salieron a informar que bandas de delincuentes comenzaron a entrar a sus fincas para llevarse efectivo y otras cosas de valor.

«Está bravo el tema», alertan los productores de la zona. Aseguran que los robos pueden ser por falta de trabajo, pero también aseguran que hay mucho consumo de drogas y que eso está incidiendo.

«Esa inseguridad que sufrimos está relacionada con el consumo. Son bandas que buscan robar objetos para venderlos o plata para ir a comprar drogas. Eso es lo que está pasando en Anta. Es por eso que a la solución hay que abordarla por fuera de los hechos de inseguridad», expresó Lucas Norris ante la consulta de diario El Tribuno.

El empresario rural y presidente de Prograno se refirió al caso de un productor al que intentaron robarle agroquímicos el fin de semana pasado. Los delincuentes tenían el dato de que uno de los serenos no iba a estar pero, cuando llegaron al lugar, se dieron con una sorpresa porque sí estaba. Es por eso que, a medianoche, tuvieron que abortar ese plan y pretendieron entrar a la oficina de la finca.

Fueron dos personas las que irrumpieron en la propiedad. Una circulaba en una moto y la otra se trasladaba en una camioneta blanca. Un camionero vio que había entrado gente y llamó a la Policía. Esa alerta frustró los planes de los delincuentes. El que estaba en moto la dejó tirada y los dos escaparon en la camioneta. Ahora están buscando al dueño de la moto para dar con los ladrones.

«El tema de los robos en las fincas se había complejizado bastante en su momento. Se producían robos de soja y agroquímicos, que tienen precios en dólares. Con el tipo de cambio, es un negocio, ya que se vende muy fácil en Bolivia. Entonces se consigue mucha plata y de una manera muy fácil. Ahora aparecen estos hechos que son más chicos, pero yo lo atribuyo más que nada al tema de las drogas», expresó Lucas Norris.

El empresario afirmó que en Anta se visibiliza un poco más la problemática de los robos, pero aseguró que es algo que viene pasando mucho y en toda la provincia. «No es algo nuevo», afirmó.

Hace tres años los productores de Anta también habían denunciado robos de agroquímicos para vender en Bolivia. En 2020 los productores de Orán, Rivadavia, y el departamento San Martín destacaron que les hurtaban caña de azúcar y poroto blanco. Este año numerosos productores de Chicoana y El Carril prometieron armarse para hacer frente a los recurrentes atracos que sufrían en sus propiedades.

«Nosotros hemos abordado este tema desde las instituciones, con el Ministerio de Seguridad y los ministros, y ahora hay que volver a juntarse porque son preocupaciones que están latentes. No sé si se va a poder solucionar en el corto plazo. Hay un montón de otras cosas para abordar, como la educación, el trabajo y tratar de combatir el narcotráfico, que es muy difícil», remarcó Norris.

La gente de la zona señala que muchos ya conocen cómo es el movimiento en las fincas y van a buscar lo más fácil, que es una computadora o un televisor para venderlos rápidamente. Luego, se mueven en Apolinario Saravia, Joaquín V. González, Solís Pizarro o Colonia Santa Rosa para vender barata la mercadería.

«Siempre está el temor de que estos robos se transformen en más violentos y peligrosos. De hecho lo hemos visto en otras ciudades y nos preocupa que eso pueda pasar a mayores», finalizó.

f: El Tribuno