La vicepresidenta Victoria Villarruel defendió la importancia de la universidad pública como un pilar fundamental de progreso y movilidad social en Argentina, destacando su propia formación en instituciones públicas. Sin embargo, expresó críticas hacia ciertas prácticas asociadas al marxismo, kirchnerismo y lenguaje inclusivo en el ámbito educativo, señalando que estos elementos pueden afectar la calidad y libertad de pensamiento dentro de las universidades. Villarruel abogó por una educación pública de calidad, libre de imposiciones ideológicas y orientada al desarrollo integral de los estudiantes, promoviendo la transparencia en el uso de recursos estatales.
Además, la vicepresidenta propuso realizar auditorías para evaluar el destino de los fondos destinados a la educación pública, asegurando que el dinero de los contribuyentes se utilice de manera eficiente y transparente. En su visión, la universidad pública debe ser un motivo de orgullo nacional, fomentando la diversidad de pensamiento y evitando ser utilizada para agendas políticas que no representen los intereses del país.