El Araña Amuchástegui surgió de Racing de Córdoba y marcó una época con sus gambetas y su look: hoy trabaja sacando chicos de la calle y su familia vende comida casera para llegar a fin de mes. Sus anécdotas en el Millonario y en el Ciclón y el pase a Europa que duró solo cuatro días

“Me gustaba divertirme en la cancha y era lo mismo jugar con cien personas que con 100 mil en las tribunas, como lo hice en el Estadio Azteca de México. Yo quería jugar al futbol, tirar un cañito, un sombrero, una pirueta, dar un pase y marcar goles. Me daba lo mismo jugar en La Bombonera que en el potrero de la esquina de mi casa”, recuerda Luis Amuchástegui, quién debutó a los 17 años en el Racing de Córdoba dirigido por Alfio Basile.

“Tenés que ser muy bueno para que te manden a la cancha a esa edad, porque el promedio en esa época era de 22 pirulos. Tuve un debut tranquilo, ya que tomaba al fútbol como un divertimento, nada más; nunca lo tomé tan profesional”, recuerda el ex delantero de 61 años.

La carrera de Amuchástegui tocó fondo cuando los dirigentes del equipo cordobés lo vendieron al Valencia de España sin que él diera la venia. Eran épocas en las que no era tan común ser transferido al exterior, pero “El Araña” la estaba rompiendo en el club de Nueva Italia, con el que venía de ser subcampeón del Nacional de 1980, y había sido convocado para jugar en la Selección nacional comandada por César Luis Menotti. No quería saber nada y terminó viajando. Pero apenas duró cuatro días.

“Quería volver a mi país y no estar allá. Un dirigente español me tiró un fajo de 10 mil dólares arriba de la cama, me regaló un Mercedes Benz y hasta Mario Alberto Kempes vino a tratar de convencerme, pero le dije ´la plata no la quiero, me voy a ver a mi familia a Córdoba y no juego más´”, le respondí al mandamás del Valencia, me subí a un avión y volví a la Argentina”.

En 1984, por pedido de Héctor Rodolfo Veira, recaló en San Lorenzo, pase que pagó el ex presidente Fernando Miele. Un año más tarde, se fue a River Plate, donde ganó dos títulos, el torneo local y la primera Copa Libertadores.

“Mas allá de todos los nombres importantes que había en el plantel, era un equipo de hombres. Lo tenía todo ese River del Bambino. Se mostraba unido y fue el mejor equipo en la historia millonaria. Ganó todo lo que se propuso: el campeonato local, la Copa Libertadores 86 y salió campeón del mundo”, se sincera, y lo compara con el actual River de Gallardo.

“El Muñeco ya ganó lo que tenía que ganar. Hace cuatro años que no gana nada y la gente lo sigue bancando. La única diferencia es que Gallardo es de River y el Bambino no, es de San Lorenzo y de Huracán. Ese plantel del 86 tenía mejores jugadores que el actual, que sacando a Matías Suarez y a Enzo Pérez, el resto son jugadores medio pelo”, sostiene en un mano a mano con Infobae.

f: Infobae