Varias provincias y la Ciudad de Buenos Aires se han negado a abonar la suma fija de $60.000 propuesta por el ministro de Economía, Sergio Massa. Aclaran que mantendrán los acuerdos salariales establecidos en sus paritarias previas al anuncio. Las provincias y municipios que deciden pagar la suma fija a sus empleados nacionales tendrán que hacerlo con fondos propios, ya que no habrá partidas específicas del Gobierno nacional para asistirlos con ese gasto.

El presidente de la Cámara de Comercio (CAC), Mario Grinman, criticó la decisión del Gobierno de ordenar el bono a través de un decreto, y señaló que este «plan platita muy caro» generará problemas inflacionarios y de costos para las empresas. Además, enfatizó que las paritarias deberían ser el ámbito natural para discutir los salarios.

En resumen, la medida de otorgar un bono de $60,000 a los trabajadores estatales ha generado rechazo y preocupación tanto en el ámbito gubernamental como empresarial, y se ha planteado como un tema complejo en el contexto económico actual.