En medio del debate sobre la aprobación de la Ley Bases en la Cámara de Diputados, la oposición logró incluir en el paquete legislativo un capítulo relacionado con el sector tabacalero, lo cual fue fuertemente resistido por el empresario Pablo Otero debido a que busca regularizar la actividad y aumentar los impuestos en el sector.
En virtud de este cambio, se incorporó un artículo que eleva el gravamen a los cigarrillos del 70% al 73% y obliga al empresario conocido como el “Señor del tabaco” a pagar los impuestos que actualmente evade por cuestiones legales, lo cual le permitió dominar más del 40% del mercado en los últimos cinco años.
El texto incorporado por el Parlamento establece que los cigarrillos, tanto de producción nacional como importados, deberán tributar sobre el precio de venta al consumidor, incluidos los impuestos, a un gravamen del setenta y tres por ciento (73%). Además, dispone que los cigarrillos, ya sean nacionales o extranjeros, deberán venderse en paquetes o envases bajo las condiciones y formas que reglamente el Poder Ejecutivo nacional.
Adicionalmente, la ley establece que todas las empresas del sector tabacalero deberán pagar los mismos impuestos, lo que afecta directamente a la empresa de Otero, Tabacalera Sarandí, que actualmente evade más de 20 millones de pesos anuales al ser considerada una Pyme por la AFIP, a pesar de facturar más de mil millones de pesos.
El “Señor del tabaco” ha sido denunciado por otras empresas del sector por competencia desleal, argumentando que sus prácticas afectan las leyes de competencia de mercado, respaldado por sus influencias políticas, judiciales y mediáticas.
A pesar de las intensas disputas internas dentro del oficialismo, donde algunos apoyaban a Otero en lugar de respaldar la ley que aumentaría sus impuestos, finalmente se lograron los votos necesarios con el apoyo del bloque de Unión por la Patria, el radicalismo y la Coalición Cívica. En contraste, los bloques de La Libertad Avanza y el PRO optaron por abstenerse de dar su opinión al respecto.