En Argentina, la dinámica entre formar una coalición para competir en elecciones y construir una para gobernar ha sido disonante. A pesar de que Macri y Bullrich coincidieron en apoyar a Javier Milei tras la derrota electoral, sus objetivos divergen. Macri propone colaboraciones limitadas desde el PRO, mientras que Bullrich busca una participación activa en el gobierno de Milei. La implementación de las intenciones de Macri parece improbable, ya que Milei busca reducir su influencia. Esto ha tensado la relación entre Bullrich y Macri, generando desconfianza y complicaciones en el panorama político.

Las motivaciones detrás de estas acciones superan la explicación puramente política y podrían entenderse mejor desde perspectivas psicológicas o mitológicas.