El primer año del gobierno de Javier Milei estuvo marcado por un complejo escenario en la distribución de fondos, afectando a las provincias de manera significativa. En los últimos 12 meses, las transferencias de fondos coparticipables registraron una caída del 10% en términos reales (descontando la inflación) en las 23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La provincia de Buenos Aires fue la más golpeada, con una reducción del 10,9%, mientras que CABA resultó la menos afectada, con una baja del 8,6%, debido al cumplimiento del fallo de la Corte Suprema sobre la devolución de recursos recortados en la gestión anterior.

En este contexto, Salta emergió como una de las más perjudicadas tras Buenos Aires, con una caída del 9,8% en los fondos coparticipables. Esto representa un golpe considerable, dado que la coparticipación constituye en promedio el 44,8% de los ingresos anuales de las provincias, llegando a superar el 63% en casos como Santiago del Estero y Formosa.

Además, la situación se agrava por un ajuste drástico en las transferencias no automáticas, que se redujeron un 97% en los primeros 11 meses de 2024. Este recorte en los envíos totales de capital pone en jaque las finanzas provinciales, intensificando los desafíos para las jurisdicciones más dependientes de los recursos nacionales.