El proceso de importación en Argentina está prácticamente paralizado debido a las restricciones y obstáculos burocráticos en el acceso a divisas para realizar pagos al exterior. Aunque algunas empresas que firman acuerdos de precios con el Gobierno están exentas del impuesto PAIS al importar, la gran mayoría enfrenta dificultades para obtener autorizaciones y pagar deudas comerciales. El proceso involucra la asignación de capacidad financiera económica (CEF) por parte de la AFIP, seguido de la tramitación de permisos y finalmente la validación de operaciones en el mercado de cambios (MULC). Sin embargo, muchos enfrentan problemas en cada etapa, incluyendo cambios repentinos en fechas de acceso al mercado y falta de validación de operaciones.

La deuda comercial acumulada del Banco Central por pagos pendientes de importaciones se estima en alrededor de 20 mil millones de dólares este año. Las empresas se ven afectadas por la falta de claridad en los procesos, cambios imprevistos en fechas y dificultades en la asignación del CEF. Esto ha llevado a una parálisis en los pagos de importaciones y renegociaciones extremas para evitar el incumplimiento comercial.

El sector exportador también se ve afectado por la falta de incentivos debido a la compleja situación cambiaria y la devaluación. Las restricciones en el acceso al mercado de capitales y la falta de seguridad jurídica complican aún más la situación, ya que las vías legales y administrativas para el reclamo son limitadas y demoradas.