La Universidad Nacional de Salta (UNSa) enfrenta un panorama complicado, con siete obras inconclusas, principalmente en sus sedes del interior de la provincia. Aunque la Facultad de Ingeniería es la más afectada visiblemente, varios proyectos clave, como el edificio para la Escuela de Ingeniería Electromecánica, se encuentran detenidos, con un avance del 35%.

Las autoridades universitarias han expresado su preocupación, pero desde el Ministerio de Economía de la Nación sostienen que las obras universitarias «no son una prioridad», en lo que parece ser una decisión política. Esta situación ha generado una fuerte reacción por parte del gobernador Gustavo Sáenz y del rector de la UNSa, Daniel Hoyos, quienes critican el recorte de obras públicas por parte del gobierno de Javier Milei.

A nivel provincial, 12 nuevos establecimientos educativos de distintos niveles tampoco han podido avanzar en su construcción, aunque se espera que un convenio firmado recientemente permita reactivar algunos de estos proyectos.

El recorte se da en medio de la discusión sobre la Ley de Financiamiento Universitario, cuya falta de aprobación ha causado protestas en universidades públicas. Este contexto agrava las preocupaciones sobre un posible desfinanciamiento con vistas a una futura privatización de la educación universitaria en el país.

Entre las obras paralizadas se destacan también el edificio del Instituto de Investigaciones Iniqui-Inenco y el Comedor Universitario para la sede de Metán.