La variante de COVID-19 BA.2.86, inicialmente preocupante debido a sus mutaciones, parece ser menos peligrosa de lo temido, según pruebas de laboratorio. Aunque se ha propagado a varios países, no es tan resistente a la inmunidad. Los estudios muestran que es menos infecciosa que algunas variantes anteriores y que la inmunidad parcial puede proteger contra ella. Se necesita más investigación para comprender su impacto completo.