La aprobación del dictamen en la Cámara de Diputados implica un cambio significativo en el sistema de jubilaciones argentino, elevando la edad de jubilación para las mujeres de 60 a 65 años y estableciendo requisitos más estrictos para acceder a las prestaciones. Esto se hace con el objetivo de garantizar la viabilidad financiera del sistema previsional a largo plazo y asegurar la equidad en el acceso a las prestaciones. Sin embargo, esta medida también genera preocupación entre ciertos sectores de la sociedad, especialmente entre las mujeres con condiciones laborales precarias, ya que podría dificultar su acceso a una jubilación completa debido a períodos de desempleo prolongado o aportes insuficientes.