Santiago Giménez espera ser convocado por Gerardo “Tata” Martino para disputar su primera copa del mundo; podría estar en el plantel de Scaloni, pero sus años en el país azteca lo conquistaron

Por sus venas corre sangre argentina, nació en Buenos Aires e incluso es un fanático del mate, pero en lo que respecta al fútbol, Santiago Giménez nunca ha tenido dudas. Qatar 2022 podría ser su primer Mundial y, si el técnico Gerardo Martino así lo quiere, jugará con México.

Vivió sus primeros años en la capital de las pasiones futbolísticas, cuando su padre Christian “Chaco” Giménez defendía la camiseta de Boca Juniors. Es más, nació en 2001, pocos meses antes de que el Xeneize se coronara campeón de la Copa Libertadores.

Pero poco le tocó vivir del fútbol argentino porque un par de años más tarde, la familia se mudó a México, dejando atrás al resto de sus seres queridos y a los amigos, para establecerse primero en Veracruz. Santiago creció viendo la liga mexicana y cambiando de camisetas según dictaba el rumbo del “Chaco”.

“Nací en Argentina, pero la verdad no me acuerdo de mis primeros años allá. Mi papá se vino a jugar a México cuando yo tenía dos años y me tocó ser mexicano”, declaró recientemente el delantero en entrevista para GQ.

En 2010, llegaron a Cruz Azul, seguramente sin sospechar que Santi sería parte de una plantilla que rompió una maldición contra la que su papá no pudo. La Máquina, como se le conoce al equipo capitalino, fue su casa desde niño, jugó en la Sub-15, Sub-17 y Sub-20, siendo goleador en este último.

Incluso padre e hijo vivieron el momento soñado cuando el menor debutó en un amistoso en territorio estadounidense. Santi provocó un penal que el “Chaco” falló, pero la memoria quedó porque pudieron compartir vestidor y viajar como equipo.

Christian Giménez dejó el club en 2017 y Santi se mantuvo en Cruz Azul en espera del debut en un partido de liga. Su momento llegó dos años más tarde en medio de las habituales comparaciones con la carrera de su padre, a quien reconoce como inspiración, pero desea trazar su propia historia.

Tras naturalizarse mexicano en 2014, Santi fue llamado a la selección Sub-16 en 2016. Desde entonces, su camino comenzó a trazarse con la camiseta verde y se confirmó la intención al recibir su primera convocatoria al equipo mayor en octubre de 2020por parte de Gerardo Martino.

Sin embargo, en Argentina ya le seguían la pista, como reconoció el técnico Fernando Batista, entonces encargado de la categoría Sub-20, quien ya destacaba su buen nivel.

En ese año, buscaron por tercera vez convencer a Santiago Giménez de vestir la camiseta albiceleste. “… empezamos a mirar muchos jugadores y de la categoría (2001) fue uno de los que nosotros consideramos que estaba en el exterior que lo queremos invitar a que tenga la posibilidad de jugar para la selección argentina”, dijo Batista en entrevista para ESPN, en una época en la que buscaban la clasificación al Mundial de esa división.

El técnico reconoció en esa ocasión que todo el contacto había sido a través del “Chaco” Giménez, a quien conocía de sus años en el fútbol argentino. En marzo de 2021, cuando Batista declaró que el joven futbolista Giovanni Reyna se había decidido por la selección estadounidense, reveló también que Santi había elegido a México.

Giménez fue parte del equipo que acabó con una “maldición” de más de 23 años sin campeonato de liga que pesaba sobre Cruz Azul, una historia que a su padre le tocó sufrir en carne propia y disfrutar cuando su hijo celebró el título.

Hace unos meses, el “Chaquito”, como algunos insisten en llamarlo, dio el gran salto a Europa. Dejó la zona de confort en México y se aventuró al reto de la Eredivisie con el Feyenoord, en donde hasta hoy ha marcado seis goles, uno de los cuales guió a su equipo a la clasificación a la siguiente ronda en la Europa League.

Todo esto sucede mientras él espera, en la lista de 31 aspirantes, a ser considerado para disputar su primer Mundial con el representativo dirigido por Gerardo “Tata” Martino. Un equipo al que le faltan goles y cuya afición clama por su convocatoria.

Pese a que, como dijo, su familia “le metió dudas” sobre si debía buscar una oportunidad en Argentina: “Mi corazón me dijo que era mexicano y que no tendría por qué representar a un país del que no me sentía con pertenencia”, contó en aquella entrevista para GQ el mes pasado.

f: La Nacion