En una emotiva conferencia de prensa, Griselda Heredia, madre de Nahuel Gallo, el gendarme argentino detenido en Venezuela, expresó su angustia y desesperación. Con lágrimas en los ojos, pidió a las autoridades del régimen chavista que liberen a su hijo, asegurando que no ha cometido ningún acto ilegal.

Gallo fue detenido el pasado 8 de diciembre al ingresar a Venezuela desde Colombia para visitar a su pareja y su hijo. “Es duro como mamá que lo acusen de algo que no es cierto. Está todo legal. Les pido por favor que lo larguen y lo dejen volver a Argentina”, imploró Heredia.

En medio de una situación que calificó como “horrorosa”, envió un mensaje de esperanza a su hijo: “Que se quede tranquilo, que la familia lo espera y necesita tenerlo nuevamente con nosotros”.

La detención ocurre en un contexto de tensas relaciones diplomáticas entre Argentina y Venezuela. Mientras tanto, el Gobierno argentino trabaja en negociaciones para lograr la liberación de Gallo, enfrentando incluso la presión de las fuerzas chavistas sobre la embajada argentina en Caracas, actualmente bajo administración brasileña.

Este caso pone en evidencia no solo el drama de una familia, sino también la complejidad de los vínculos políticos y diplomáticos en la región.