A pesar de la incertidumbre en torno a los candidatos del Frente de Todos para las próximas elecciones de 2023, una encuesta revela que la vicepresidenta Cristina Kirchner continúa siendo la dirigente oficialista con mayor intención de voto, a pesar de sus afirmaciones de que no competirá en esta ocasión. Aunque Cristina Kirchner no ha confirmado su participación, los resultados de la encuesta sugieren que el Gobierno tiene posibilidades de competir contra los candidatos de Juntos por el Cambio y La Libertad Avanza si la exmandataria decidiera postularse.

La encuesta, realizada por la consultora Synopsis y presentada en el programa «Comunidad de Negocios» , recopiló datos de más de 1600 personas de todo el país. A los encuestados se les preguntó a quién votarían si las elecciones primarias se llevaran a cabo mañana. La lista surgió a posibles candidatos y dirigentes que no habían confirmado su postulación.

Los resultados de la encuesta revelan datos llamativos, entre ellos que el total de votos recopilados entre los posibles candidatos a presidente del Frente de Todos, como Cristina Kirchner, Daniel Scioli, Sergio Massa y Eduardo «Wado» de Pedro, superó al combinado de Juntos por el Cambio, conformado por Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich, José Luis Espert, Facundo Manes y Gerardo Morales, con un 30,4% frente al 28,2%.

Además, es interesante destacar el porcentaje individual de los candidatos. En este sentido, Javier Milei se destaca por encima del resto como el candidato individual con mayor intención de voto, obteniendo un 24,4%. Le sigue Cristina Kirchner con un 18,8%, y más rezagados se encuentran los representantes de Pro: Larreta con un 11,5% y Bullrich con un 10,7%.

Según Lucas Romero, director de la consultora Synopsis, los resultados de la encuesta reflejan una crisis de representación en la sociedad, con una dispersión de apoyo en el espacio político. A diferencia de la crisis del 2001, el sentimiento predominante en la población es la tristeza en lugar de la bronca. Romero destaca que la situación actual se caracteriza por ser una crisis prolongada. A lo largo de los primeros meses del año, la intención de voto hacia Juntos por el Cambio ha disminuido, mientras que el peronismo no kirchnerista ha experimentado un aumento. Sin embargo, el descontento general se debe principalmente a la situación económica.

La descarga lenta de la economía no genera un sentimiento de bronca inmediata en la población, sino una resignación. Destaca que existe una ruptura en el vínculo entre la gente y la política, similar a lo que sucedió en la crisis del 2001. En cuanto a las elecciones, Romero señala que el escenario será de tres tercios en lugar de una división bipartidista como en el pasado. Destaca que las dos principales coaliciones, Juntos por el Cambio y Frente de Todos, están recibiendo poco más del 50% de los votos, en contraste con el 90% que adquirieron en 2019. Esto plantea interrogantes en un contexto de incertidumbre económica que se retroalimenta.