A un mes de anunciarse la apertura de importaciones para productos básicos, los supermercados ya están recibiendo mercancía y planean aumentar su variedad. Mayormente provenientes de países vecinos como Uruguay y Brasil, y con miras a Europa y Asia, estos productos llegan con precios hasta un 75% más bajos que los nacionales, aunque algunas categorías gourmet pueden tener excepciones.
La estrategia se divide en tres etapas. La primera, en marcha, se enfoca en reponer stocks, trayendo alimentos que escasearon debido a restricciones previas para importar. Café, atún, pastas, cervezas y chocolates están entre los primeros en reaparecer en las góndolas. En los próximos 60 días, la segunda fase ampliará el surtido, incluyendo variantes como café con vainilla y latas de atún con ajo, que escasean localmente. La tercera etapa, prevista entre agosto y diciembre, traerá nuevas categorías y proveedores, principalmente lácteos y productos de almacén de Brasil y Uruguay, así como papas fritas de Paraguay y productos gourmet de Europa y Asia.
Aunque se busca poner en competencia a los fabricantes locales, el impacto en la inflación no será inmediato, ya que el plan se completará a fin de año. La Secretaría de Comercio espera controlar los precios, aunque en los últimos meses los alimentos han aumentado por encima de la inflación promedio del rubro.