La Inteligencia Artificial (IA) ha llegado para transformar el mundo, y la minería no es la excepción. Su impacto en el sector va más allá de la prevención de accidentes o la simplificación en la búsqueda de minerales. Tampoco se limita al manejo remoto de camiones o al monitoreo avanzado del desarrollo de proyectos mediante tecnología de vanguardia.
Lo que hace única a esta revolución es que, para desarrollar la IA, se necesitan minerales esenciales, destacándose el cobre como un recurso clave. Conocido como el «oro rojo», este metal es fundamental para fabricar componentes electrónicos, como cables y circuitos presentes en dispositivos de IA y sistemas de comunicación. Gracias a sus propiedades de conducción térmica y eléctrica, el cobre se convierte en un elemento indispensable para semiconductores y superordenadores.
En este contexto, Salta tiene el potencial de convertirse en un jugador clave en el mercado global debido a sus vastas reservas de este valioso mineral.
Un informe de BHP revela que la demanda mundial de cobre podría alcanzar las 52,5 millones de toneladas anuales para 2050, un notable incremento del 72% frente a los 30,4 millones de toneladas registradas en 2021. Este aumento responde no solo a la creciente industria de los autos eléctricos, sino también a la necesidad del cobre para el desarrollo de la IA, consolidando su importancia en el futuro tecnológico global.