La Conferencia Episcopal emitió hoy una advertencia al gobierno de Javier Milei, destacando que «la comida no puede ser una variable de ajuste» y enfatizando la necesidad de que la asistencia llegue de manera inmediata a comedores populares y organizaciones de la sociedad civil. Este pronunciamiento se produce en medio de las protestas de grupos piqueteros y movimientos sociales que denuncian demoras en la entrega de alimentos por parte del Ministerio de Capital Humano, liderado por Sandra Pettovello.

«Ante este escenario de trabajo sacrificado y bajos ingresos, las familias se privan de muchas cosas. Por ejemplo, una mamá puede optar por caminar en lugar de tomar un colectivo para ahorrar, pero de ninguna manera puede dejar de alimentar a sus hijos. Es decir, la comida no puede ser una variable de ajuste. Es necesario anticiparse para que esta situación no profundice la crisis alimentaria», destaca el comunicado de la Comisión Ejecutiva de la CEA, presidida por el obispo Oscar Ojea.

Añade: «El Estado nacional, provincial y municipal deben aprovechar esta oportunidad para que nadie se quede sin el pan de cada día. Todos los espacios de cuidado que brindan alimentos, como comedores comunitarios de parroquias, Iglesias evangélicas y movimientos populares, deben recibir ayuda de manera inmediata«.

Esta es la primera declaración pública formal de la Iglesia Católica en este sentido y, aunque coincide con las movilizaciones de grupos piqueteros que participaron en el gobierno de Alberto Fernández, también expone una alerta sobre el deterioro de la situación social que están registrando los obispos en sus diócesis. No solo a través de Cáritas, sino que en cada parroquia se está produciendo una combinación complicada: más solicitudes de comida con menos recursos disponibles.