Javier Milei, presidente de Argentina, evitó agravar su disputa con Luiz Inácio Lula da Silva durante su participación en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) en Camboriú. Aunque defendió a su aliado Jair Bolsonaro, se abstuvo de ofender al presidente brasileño, lo que podría haber causado una crisis política irreversible. La prudencia de Milei alivió las tensiones entre Brasil y Argentina, así como dentro del Mercosur, ya que se había especulado que un nuevo agravio podría llevar a la retirada del embajador brasileño en Buenos Aires.
Durante su discurso, Milei criticó al socialismo sin mencionar a Lula, lo que evitó una escalada en las relaciones diplomáticas. En la conferencia, que congregó a líderes de la derecha de todo el continente, Milei resaltó los fracasos del socialismo y defendió a Bolsonaro. A pesar de sus críticas a los «socialistas empobrecedores y asesinos», Milei se enfocó en un mensaje de cambio, celebrando los vientos de transformación política en el mundo y denunciando los excesos y fallos de los gobiernos socialistas.
El evento de la CPAC, que reunió a figuras prominentes de la derecha como José Antonio Kast y Eduardo Bolsonaro, sirvió como plataforma para reafirmar las posiciones de la nueva derecha. Milei aprovechó para enfatizar la necesidad de un cambio global y la erradicación del socialismo, mientras Lula y el Grupo de Puebla celebraban victorias progresistas recientes en Europa y América Latina.