La Hidrovía Paraná-Paraguay se convirtió en el escenario de uno de los mayores secuestros de drogas de la historia, con más de 4000 kilos de cocaína encontrados en el puerto de Caacupemí, cerca de Asunción. La carga, destinada a Amberes, Bélgica, estaba camuflada en bolsas recubiertas de azúcar, lo que complicó su detección. El jefe de la Secretaría Nacional de Antidrogas de Paraguay, Jalil Rachid, destacó la rareza del método de camuflaje y el éxito del operativo gracias a semanas de inteligencia.

Este evento marca un cambio en la lucha contra el narcotráfico, ya que es la primera vez que se intercepta tal cantidad de cocaína antes de que navegue los 3400 kilómetros de la Hidrovía. En los últimos tres años, se han incautado más de 50 toneladas de cocaína en puertos europeos y australianos provenientes de esta ruta. Las autoridades argentinas también están vigilando de cerca esta ruta, habiendo realizado varios operativos similares.

Paraguay se ha convertido en un punto clave en el tráfico de cocaína, con carteles internacionales y grupos criminales brasileños como Comando Vemelho y Primer Comando Capital (PCC) utilizando el país como plataforma logística. El narcotraficante Sebastián Marset, vinculado a este tráfico, sigue siendo un fugitivo buscado por varias naciones y la DEA, con recientes informes sugiriendo que se encuentra en Dubai.