En el Colegio Secundario Ejército del Norte se dio a conocer una situación preocupante por el bajo rendimiento escolar de sus alumnos.

A punto de concluir el ciclo escolar, los balances educativos pueden revelar sorpresas, y son escasos los docentes que abordan de manera clara las causas detrás de la falta de dedicación al estudio por parte de los alumnos. También es fundamental destacar cómo la familia, junto con la escuela, puede incidir en la mejora de los objetivos educativos de los estudiantes. Recientemente, desde el colegio secundario Ejército del Norte en El Carril, se compartió una situación inquietante: alrededor del 50% de sus 900 estudiantes presenta un bajo rendimiento académico.

Según Daniel Luna, vicedirector de la institución, la mitad de los estudiantes de nivel secundario deberá rendir una serie de contenidos para aprobar las materias que no lograron superar durante el año. Luna atribuye este problema a la falta de dedicación al estudio y a la carencia de apoyo familiar por parte de los estudiantes.

Luna explicó que la actual situación es el resultado de una responsabilidad compartida entre el colegio y las familias. Hizo hincapié en que los estudiantes que destacan académicamente suelen ser aquellos que cuentan con el respaldo y los límites necesarios en el ámbito familiar, especialmente dada la etapa en la que se encuentran. La ausencia de este apoyo familiar se refleja en el desempeño académico de los estudiantes. Según el vicedirector, algunos alumnos asisten a la escuela con una actitud indiferente hacia el estudio y la aprobación, lo que impacta directamente en sus resultados escolares.

Estas observaciones de Luna fueron compartidas con los medios locales, y en las redes sociales algunos padres expresaron su acuerdo con las afirmaciones del director. En particular, estuvieron de acuerdo con él cuando resaltó la forma de recuperación de contenidos. Luna expresó su opinión de que un estudiante que no pudo aprobar en los primeros dos trimestres y aprobó en el tercero no puede recuperar eso en dos semanas, que es el período de intensificación. Argumentó que si durante nueve meses no se pudieron desarrollar ciertas capacidades a partir de los contenidos del año, dos semanas no serán suficientes para lograrlo.