La reunión entre el ministro Luis Caputo y ejecutivos de supermercados ha generado una polémica inesperada, acusando al gobierno de intervencionismo y regulación del comercio, incluso comparándolo con prácticas pasadas de gobiernos más intervencionistas. El reproche oficial se centra en que las políticas de promociones de los supermercados, como los descuentos o las ofertas del tipo «dos por uno», no reflejan los precios reales en los listados, lo que dificulta la medición precisa de la inflación por parte del INDEC. Esta situación sorprendió dado el enfoque liberal del gobierno, generando críticas y comentarios irónicos sobre su supuesta contradicción.

Además, los datos recientes muestran que la inflación no está disminuyendo tanto como se esperaba, lo que aumenta la preocupación en el gobierno por mantener la percepción de una inflación en descenso para no afectar las expectativas económicas.