Lo que en un principio supuso ser un proceso de compra de una aeronave, concluyó para el Gobierno Nacional con una pérdida de más de medio millón de dólares que repercute de forma directa en las arcas del Estado. La gestión de Alberto Fernández decidió hacerse marcha atrás con el negocio de adquirir un nuevo avión presidencial que reemplace al Tango 01. Sin embargo, para el momento en que desistió de la compra, ya había transferido un porcentaje de lo acordado.

La información trasciende a partir de una investigación que realizó el sitio web Tn.com.ar. Según consigna el mismo medio, los inicios de la negociación se remontan a noviembre de 2021 cuando la cúpula gubernamental a la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) para reparar el Tango 01. El organismo le recomendó apostar por la opción Exchange, que implicaba entregar el Tango 01 como parte de pago, abonar una suma de dinero en dólares y adquirir una nave de iguales características

Entre las ofertas que barajaban las autoridades de Casa Rosada, se sobrepuso la de la empresa C&L Aviatión Group, por un Boeing 757-256, fabricado en el año 2000.

El mismo sitio sostiene que entre el 6 y 10 de junio de 2022 las autoridades de la Dirección de Logística de la Secretaría General a cargo de Julio Vitobello viajaron a los Estados Unidos para comprobar que la aeronave cumplía con las necesidades de la Argentina.

A cuánto asciende la pérdida

La operación costaría un total de 25 millones de dólares. El pago implicaría una primera transferencia por un total de 22 millones y la entrega del Tango 01, valuado en U$S3 millones.

La Secretaría General transfirió a una cuenta que posee en la OACI más de un millón de dólares con los que cubrirá los honorarios de la organización internacional por haber realizado la licitación y posterior adjudicación, pese a que la compra no se concretó y está a punto de caerse.

Se estima que por los trámites realizados cobrarán entre U$S 400.000 y U$S 500.000, aunque otros afirman que ascenderá a 900 mil dólares. A esto se le deben sumar otros 150 mil dólares que el Estado gastó en la capacitación de los pilotos, tripulación de cabina, la contratación de simuladores de vuelo, entre otras cuestiones.

Se trata de dinero que el Gobierno no recuperará ya que -según consigna el mismo medio- en septiembre, mientras se terminaba de negociar por el avión, decidió dar marcha atrás con la operación de forma sorpresiva.

f:Nexofin