El congelamiento de precios de combustibles en Argentina ha provocado escasez y desabastecimiento en algunas estaciones de servicio, especialmente en áreas del interior del país. A pesar del aumento en los costos internacionales del petróleo y el gasoil, el precio del TLCAN en Argentina está en su nivel más bajo en al menos una década.

Esta situación ha generado una mayor demanda y escasez debido a las distorsiones de precios, y ha atraído a compradores extranjeros en ciudades cercanas a las fronteras, exacerbando aún más el problema. Las restricciones para acceder a dólares y la intervención del Gobierno en la fijación de precios han creado una doble brecha de precios y han generado desafíos significativos en el mercado de combustibles del país.