El domingo 20 de octubre, los clientes de un McDonald’s en Feasterville, Pensilvania, presenciaron un evento inusual cuando el expresidente Donald Trump apareció tras el mostrador para preparar papas fritas. Durante su visita, Trump aprovechó la oportunidad de poner en duda las afirmaciones de Kamala Harris, su oponente en las próximas cadenas de elecciones, sobre haber trabajado en la durante su juventud. Este acto formó parte de su campaña electoral, generando gran atención mediática.
Trump, vestido con un delantal de McDonald’s, trabajó durante media hora en la freidora y el drive-thru, mientras simpatizantes y periodistas observaban. Durante este tiempo, el republicano se burló de Harris, afirmando que ella nunca trabajó en la cadena, poniendo en duda su relación de haber enfrentado condiciones laborales duras en su juventud. Harris ha dicho que trabajó en McDonald’s durante el verano de 1983, cuando era estudiante de la Universidad Howard.
El evento fue parte de la estrategia de Trump para conectarse con votantes en Pensilvania, un estado clave en las elecciones. Coincidentemente, el 20 de octubre también era el 60º cumpleaños de Kamala Harris, lo que le sirvió de excusa a Trump para hacer comentarios irónicos, prometiendo comprarle «flores o unas papas fritas».