La contaminación del río Arenales vuelve a estar en el centro de atención tras nuevas inspecciones que revelaron graves falencias en el tratamiento de efluentes cloacales y la falta de acciones contundentes por parte de las autoridades. Durante una reciente evaluación en la Planta Depuradora de la Zona Sur, se determinó que solo el 60% de los desechos recibe tratamiento adecuado, aunque desde Aguas del Norte aseguran que «ningún efluente sale sin tratar». La empresa admitió, no obstante, que la planta está sobrepasada en su capacidad, operando con infraestructura de 1980.

Hoy está programada otra inspección en barrios ribereños del sur de Salta, donde las viviendas enfrentan riesgos de derrumbe y anegamientos, mientras microbasurales y descargas irregulares continúan afectando las márgenes del río.

Este problema ambiental es parte de un amparo judicial que lleva casi 14 años sin resolverse. El caso comenzó en 2011, tras una inundación que causó severos daños materiales y sanitarios a familias ribereñas. A pesar de las disposiciones judiciales, incluyendo planes de manejo y monitoreo, las acciones realizadas han sido insuficientes. La ampliación de la Planta Depuradora Sur, considerada clave, apenas alcanza un avance del 39% y se espera su finalización recién en 2026.

Mientras tanto, una porción significativa de los líquidos cloacales sigue siendo vertida sin tratamiento, agravando los riesgos para la salud pública. Un brote reciente de salmonelosis evidenció el uso de aguas contaminadas para regar hortalizas, sumando preocupación a la crisis.

En diciembre de 2023, Aguas del Norte, el Ejecutivo provincial y el municipio fueron intimados a presentar un plan de contingencia urgente. Sin embargo, el incumplimiento llevó a la imposición de multas diarias de 500 mil pesos al titular de Aguas del Norte, Ignacio Jarsún, quien apeló la medida.

El abogado Pedro Arancibia, representante de las familias afectadas, denunció la falta de compromiso de las autoridades: «La situación no mejora, sino que se agrava. Nunca se incluyó una partida presupuestaria específica para cumplir con la sentencia judicial». También instó a trabajar con expertos nacionales e internacionales para diseñar soluciones efectivas.

Arancibia subrayó la necesidad de tratar esta crisis como una prioridad pública mediante un plan integral, indicadores de cumplimiento y un organismo especializado, similar al modelo de ACUMAR para la cuenca Matanza-Riachuelo. Sin medidas urgentes, el río Arenales seguirá siendo un foco de contaminación que afecta tanto al medio ambiente como a la salud de la población.