Se edificará cerca de Zúrich y tendrá 100 metros de altura. Superará la torre Mjøstårnet, que está en Noruega. Se levantará con un sistema novedoso que incluye un núcleo de madera que reemplazará al hormigón

La madera sigue ganando posicionamiento en el mundo y gracias a nuevos sistemas constructivos en breve se iniciarán las obras del edificio hecho con este material que se transformará en el más alto del globo.

Se levantará sobre las colinas de la ciudad suiza de Winterthur, cerca de Zúrich. Se trata de una torre que llegará a los 100 metros de altura, denominada Rocket&Tigerli, que estará emplazada en un barrio de este cantón de Suiza que ofrece viviendas modernas y de alta calidad con la máxima entrada de luz natural, así lo destacan en el portal oficial de Schmidt Hammer Lassen (SHL), el estudio de arquitectura de origen danés que llevará adelante el proyecto.

Superará por 14,6 metros a la torre Mjøstårnet, ubicada en Noruega, el rascacielos que al día de hoy ostenta el récord de ser el más alto con 85,4 metros inaugurado en 2019 y situado a orillas del lago Mjøsa, en la localidad de Brumunddal, en Noruega. Y pronto quedará concluida la torre Ascent de Milwaukee, en Estados Unidos, con 87 metros de alto, que también le ganará al rascacielos ubicado en Escandinavia.

Rocket & Tigerli es llamado así por las locomotoras que antes se fabricaban en el complejo industrial que cerró hace unos años y donde estará el futuro gigante de madera, consta de cuatro edificios en una coreografía ajustada que combina viviendas regulares, viviendas para estudiantes, un restaurante, espacios comerciales, sky-bar, spa y hotel. La amplia gama de instalaciones está diseñada para activar la comunidad durante todo el día, dando así vida a la plaza verde abierta, orquestada por los cuatro edificios.

Cómo será

El nuevo rascacielos estima inaugurarse en 2026, demandará más de USD 20 millones de inversióntendrá 32 pisos y contará con 255 unidades con diferentes configuraciones. Tanto las unidades como las áreas comerciales superiores tendrán vistas panorámicas hacia distintos lugares y paisajes cercanos de esta región helvética.

El nuevo rascacielos estima inaugurarse en 2026, demandará más de USD 20 millones de inversión, tendrá 32 pisos y contará con 255 unidades.

Según se informó, como complemento de la torre principal, como se puede apreciar en las imágenes, también se construirán tres inmuebles más de baja altura y habrá áreas recreativas públicas de fácil acceso. SHL asegura que cada uno de los cuatro edificios tendrá “su propia identidad visual para ayudar a crear un fuerte sentido de pertenencia entre los residentes”, sin dejar de lado el contexto histórico el lugar.

Detrás del proyecto, además de Schmidt Hammer Lassen Architects, está la empresa desarrolladora Implenia, una de las más grandes del país, y la Universidad Pública suiza de Investigación ETH Zurich, que fue la encargada de desarrollar el nuevo sistema de construcción de madera utilizado para alcanzar los 100 metros de altura sin hormigón.

Cómo se construirá

En el diseño de las unidades residenciales, SHL desafía la tipología clásica de gran altura centrándose ampliamente en la integración de la luz del día y lo funcional. Esto da como resultado espacios de departamentos con doble altura de piso a techo que superan los 3 metros de alto. Todas las unidades residenciales están inclinadas para aprovechar al máximo la entrada de luz natural y están diseñadas con un alto nivel de flexibilidad, lo que permite que los espacios se adapten a las necesidades futuras.

En la estructura, el clásico núcleo de hormigón se sustituye por un sistema portante de madera maciza. El resultado otorgará edificios más ligeros y altos con menos carbono incrustado. Con una fisonomía industrial por estar en una zona con fuerte eje productivo.

Tendrá vistas panorámicas hacia esta zona de Zúrich, en SuizaTendrá vistas panorámicas hacia esta zona de Zúrich, en Suiza

La fachada estará revestida con ladrillos de terracota rojo oscuro y amarillo combinados con detalles en verde polvoriento; una paleta de colores que refleja los techos rojos y los ladrillos amarillos de los edificios históricos de la zona

Pero los 100 metros no suponen un fin en sí mismo. En la opinión del estudio de arquitectura se trata más bien de “demostrar que existen muy pocos límites prácticos para lo que puede hacerse con madera, que no estamos hablando de un material de construcción endeble o poco versátil, sino de una alternativa orgánica y perfectamente viable frente hormigón o a casi cualquier otro componente”.

f: Infobae