Los salteños no son ajenos a la crisis económica y social que está atravesando el país. En la provincia, de las 650.626 personas que viven en la zona denominada Gran Salta, 224.551 están en condiciones de pobreza y no pueden satisfacer necesidades básicas de vivienda, alimentos, salud y educación. De ese total, el 35.384 están en la indigencia.
Pese a ese dato, que marca una dolorosa realidad, en Salta hay una leve mejoría, ya que la pobreza en el último año retrocedió. Según el Instituto de Estadística y Censo (Indec), la pobreza en Salta pasó del 42,3% registrada en el primer semestre del 2021 al 34,5% en el primer semestre del 2022.
En la pobreza extrema también se notó una baja. La indigencia pasó del 11,2% al 5,4% en el mismo período. La baja de la pobreza es del 7,8%, mientras que en la indigencia fue del 5,8%.
Todos los especialistas coinciden que el gran problema que hoy tiene Argentina es la inflación. Muchos consideran que la dinámica inflacionaria actual hará que el índice rebote en la última parte del año y haya más pobres que ahora.
Pero ¿qué condiciones generó Salta para poder haber bajado más de 7 puntos la pobreza? La economista y demógrafa Carla Arévalo cree que esta mejora puede estar dada por el esfuerzo combinado que hay entre el sector privado y estatal para que los ingresos superen a la canasta básica.
En septiembre, la canasta básica alimentaria para una familia, que marca la línea de indigencia, quedó en $52.990 mientras que la canasta básica total, que marca el umbral de pobreza, alcanzó los $119.757.
«Sin dudas hay una mejora en la economía, pero también pensaría en los esfuerzos que hay en programas sociales, en todas las inyecciones de dinero focalizadas en todos estos sectores y en todo este aparato que incluye la protección y seguridad social. Como se va poniendo el foco en mantener una actualización que le empate a los precios junto a una reactivación de la economía», expresó la profesional.
Para Arévalo, los números presentados por el Indec muestran «una baja sustancial» en el nivel de pobreza e indigencia. Afirmó que hay que pensar que hay «esfuerzos suficientes», del sector privado y los gobiernos, para que estos ingresos estén empatando o ganando a la inflación.
«Estamos comparando estos números con un año bastante particular como lo fue el 2021, con una reactivación económica que mejora los ingresos laborales, pero también hay un sistema que tiene que ver con las prestaciones y los programas sociales que también hace que disminuya más que nada la pobreza extrema», destacó Carla Arévalo.
Para la profesional, las personas que están en la indigencia no se insertan en el mercado laboral tan fácilmente y son las más excluidas de la sociedad. Para Arévalo, no quedan dudas de que la disminución de la pobreza extrema «se debe al aparato de sostén» que los gobiernos están implementando como políticas sociales.
Comparado con otros distritos de la región, Salta muestra el segundo mejor indicador después de Jujuy, donde la pobreza fue del 33,8%, por encima de el Gran Tucumán-Tafi Viejo, que arrojó 35,1%. Luego aparecen La Rioja, con el 36,2% y más atrás Santiago del Estero-La Banda con el 40% y el Gran Catamarca, con el 40,3%.
Qué pasa en el interior
El registro que hace el Indec no toma los departamentos como Orán, San Martín o Rivadavia, donde uno puede asumir que la pobreza es aún mayor. Carla Arévalo expresó que «el foco» está puesto en los aglomerados de las capitales y «desconocemos plenamente» la situación del interior de la provincia porque no hay datos.
«Esa foto recién la vamos a tener cuando salgan los datos del censo, para conocer los datos de los municipios. Sin embargo, esos lugares es donde más información necesitamos porque podemos darnos cuenta que es en donde peor situación o condiciones de vida tienen», afirmó.
f:El Tribuno