Este martes se publicará el Índice de Precios al Consumidor (IPC), y si diciembre confirma una inflación cercana al 2,5%, el Gobierno planea reducir el ritmo del crawling peg al 1% mensual. Aunque el cambio podría implementarse a fin de mes, también es posible que ocurra tan pronto como el miércoles, coincidiendo con el vencimiento de deuda por $1,7 billón.

Analistas de la consultora 1816 anticipan que esta medida podría ir acompañada de una reducción en las tasas de interés, aunque en menor proporción. Según sus estimaciones, mientras el crawl podría reducirse a la mitad, las tasas bajarían entre 300 y 500 puntos básicos, ubicándose entre el 26% y el 28%, con plazos fijos cayendo al 22%.

Para Gustavo Neffa, de Research for Traders, la reducción del crawling peg podría anunciarse inmediatamente tras conocerse el IPC de diciembre, pero advierte que sería una decisión contrapuesta a la tendencia regional, donde los países emergentes están devaluando.

La desaceleración de la inflación, impulsada por precios regulados y productos fuera de la estacionalidad, brinda al Gobierno un argumento para bajar el ritmo de devaluación. Maximiliano Ramírez, de Lambda Consultores, estima que el IPC nacional rondará el 2,6%, extrapolando datos de Buenos Aires, lo que refuerza esta posibilidad.

Sin embargo, Ramírez advierte que cualquier ajuste del crawling peg debe ir acompañado por una baja en las tasas de interés. Propone una transición más gradual, comenzando con una reducción al 1,5% mensual antes de llegar al 1% a mediados de año.

Ramiro Tosi, de Suramericana Visión, se muestra más prudente y sugiere esperar el dato del IPC para decidir. Según su análisis, la inflación podría ser ligeramente superior a la de noviembre, rondando entre 2,5% y 2,6%, lo que justificaría una postura más conservadora.

Guillermo Barbero, de First, ve en la posible baja de tasas una oportunidad para reactivar el crédito, especialmente en segmentos como el prendario y, eventualmente, hipotecario a tasa fija.

El debate está abierto. Mientras algunos ven margen para implementar esta medida, otros advierten sobre los riesgos de apresurarse en un contexto financiero global complejo y con monedas regionales depreciándose frente al dólar.