Durante una sesión en la Asamblea General de la ONU en Nueva York, Argentina fue el único país en votar en contra de una resolución sobre los derechos de los pueblos indígenas, respaldada por 168 países y promovida por 22 naciones. Esta resolución buscaba proteger los derechos de las comunidades indígenas en áreas como justicia, medioambiente, cultura y derechos espirituales.
Andrea Repetti, representante argentina ante la ONU, justificó la decisión señalando preocupaciones sobre la aplicación del documento. Repetti argumentó que no se garantiza plenamente el acceso a los derechos humanos sin discriminación en el texto y mencionó posibles conflictos entre algunas prácticas ancestrales y los derechos de mujeres, niñas y el acceso a la salud y avances científicos.
La resolución de 16 páginas subraya la necesidad de respetar los derechos territoriales, políticos, sociales y culturales de los pueblos indígenas, condenando la discriminación, violencia y desalojos que estas comunidades enfrentan. Además, denuncia las restricciones de viaje impuestas a representantes indígenas, lo cual limita su participación en foros internacionales donde se discuten sus derechos.