El gobierno de Javier Milei analiza la posibilidad de que Argentina se retire del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en línea con la postura adoptada recientemente por Estados Unidos e Israel. La decisión, según fuentes oficiales, responde a la percepción de un sesgo ideológico dentro del organismo y a su presunta falta de efectividad en la defensa de los derechos fundamentales.
Un indicio de este posible alejamiento se dio en la última sesión del Consejo, donde Argentina optó por no inscribirse en el debate sobre las violaciones a los derechos humanos en la República Democrática del Congo.
Este eventual retiro se suma a la reciente desvinculación del país de la Organización Mundial de la Salud (OMS), reforzando la nueva estrategia diplomática del gobierno. Analistas advierten que la salida del Consejo podría afectar la imagen internacional de Argentina y su influencia en el ámbito de los derechos humanos.