Argentina se encuentra en una situación complicada debido a la interrupción de la importación de plátanos y ananás. Esta decisión ha sido tomada por productores de Paraguay y Bolivia, en respuesta a una deuda acumulada por importadores argentinos, que asciende a 22 millones de dólares.

Esta disputa comercial ha impactado significativamente la disponibilidad de estas frutas en el mercado local. Según informes, los productores paraguayos enviaron alrededor de 3.200 camiones cargados con frutas a Argentina este año, valorados en 30,3 millones de dólares. Sin embargo, los pagos han experimentado retrasos de hasta seis meses, con solo 20 millones de dólares abonados hasta el momento.

En Argentina, los importadores locales están preocupados por los retrasos en la obtención de autorización para acceder a divisas a través del Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA), con tiempos de espera que alcanzan hasta los 180 días.