La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, anunció la captura de David Nazareno Ávila, conocido como «Naza», señalado como integrante de una red internacional vinculada al Estado Islámico (Daesh). Ávila, residente en General Roca, Río Negro, y cadete de mensajería, es acusado de difundir propaganda yihadista, incitar al odio y reclutar jóvenes argentinos para organizaciones extremistas.

El operativo, que requirió nueve meses de investigación, estuvo liderado por Prefectura Naval y la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal, con apoyo del FBI. Bullrich afirmó que Ávila «representaba una amenaza concreta contra la seguridad nacional».

Las investigaciones comenzaron en marzo de 2024, tras alertas sobre su actividad en redes sociales como Instagram, Telegram y TikTok. Se descubrió que era miembro de grupos que reivindicaban actos violentos y poseía manuales para fabricar explosivos, mensajes antisemitas y conexiones con redes internacionales.

Bullrich aseguró que Ávila estaba en una etapa avanzada de preparación para un atentado. Sus objetivos incluían atacar al gobierno de Javier Milei, al que calificaba de «sionista», y a instituciones relacionadas con la comunidad judía.

El operativo contó con la colaboración del FBI, destacando el uso de tecnología digital e inteligencia para neutralizar amenazas globales. «Este caso demuestra que Argentina está lista para enfrentar desafíos internacionales con firmeza», señaló la ministra.

La detención de Ávila no solo previene un ataque potencial, sino que subraya la importancia de abordar el uso de redes sociales para radicalización. Expertos y organizaciones han pedido reforzar políticas de prevención y mejorar las capacidades digitales de las fuerzas de seguridad.

En palabras de Bullrich: «Frustramos sus planes antes de que causara daño. No daremos tregua a quienes amenacen la seguridad de nuestra nación».