En Argentina, la alta inflación ha llevado a un creciente uso de tarjetas de crédito para comprar alimentos y otros productos básicos. Aproximadamente el 36% de las compras de artículos esenciales se realizan a crédito, convirtiendo a las tarjetas de crédito en el método de pago más común. Esto se debe a la caída de los salarios reales, el aumento de los costos de la canasta básica y la ampliación de los límites de crédito por parte del Gobierno. Los consumidores buscan así postergar el impacto de la inflación en sus gastos cotidianos.