El cotitular de la Confederación General del Trabajo (CGT), Pablo Moyano, y el secretario general de Camioneros, Hugo Moyano, encabezaron hoy una reunión con sindicatos del transporte, donde se confirmó el paro nacional anunciado para el miércoles 30 de octubre. La medida afectará a casi todo el sector, con la excepción de los colectivos, ya que la Unión Tranviarios Automotor (UTA) decidió no adherirse.
El paro se llevará a cabo en rechazo al «ajuste impulsado por el gobierno de Javier Milei, el aumento de los boletos tras la quita de subsidios, el intento de privatización de Aerolíneas Argentinas, el ataque a los jubilados y el incremento de la pobreza», según se informó en un comunicado. Durante la reunión, los dirigentes reafirmaron su compromiso de continuar articulando medidas para enfrentar al Gobierno, que consideran perjudicial para los sectores más vulnerables.
El paro incluirá a trabajadores de diversos sectores, con la participación de dirigentes como Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento), Juan Pablo Brey (Aeronavegantes), Omar Maturano (La Fraternidad) y Pablo Biró (Pilotos de Líneas Aéreas). También se sumará Rodolfo Aguiar, de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), quienes realizarán una huelga de 36 horas que comenzará el 29 de octubre y se extenderá hasta el día del paro.
El secretario general del sindicato de trabajadores informales, Alejandro Gramajo, también participó del encuentro, destacando el respaldo de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) al paro. Se espera que más gremios se adhieran, ya que el sector del transporte es esencial para la mayoría de las actividades productivas del país.
Uno de los impulsores clave del paro fue Pablo Biró, quien criticó la política del gobierno hacia Aerolíneas Argentinas y denunció la modificación del código aeronáutico que permite la entrada de aeronaves extranjeras sin controles estrictos. Biró sostuvo que, además del paro, los sindicatos aeronáuticos han recurrido al Poder Judicial para resistir estas medidas, criticando la falta de diálogo y el congelamiento salarial que dejó a los trabajadores aeronáuticos con sueldos muy por debajo de la inflación.