El presidente Nicolás Maduro ha ordenado un patrullaje militar y policial en toda Venezuela, además de llamar al “pueblo a movilizarse en las calles” en defensa de su régimen. Esta decisión llega en un contexto de creciente tensión y violencia, con 14 muertos reportados debido a la represión y los enfrentamientos. Maduro compareció en televisión con una biblia en mano y arremetió verbalmente contra los manifestantes, calificándolos de «terroristas de extrema derecha, drogadictos y delincuentes». Sin embargo, muchos de estos manifestantes provenían de barrios populares y zonas humildes, reclamando lo que consideran su triunfo electoral, liderados por el candidato opositor Edmundo González Urrutia.
Además de ordenar patrullajes militares y policiales, Maduro implementó una nueva función en la aplicación gubernamental VEN para que los chavistas puedan delatar a quienes protestan. La respuesta a las manifestaciones fue brutal: 13 civiles, incluidos dos menores, y un sargento murieron en la represión. Además, 749 personas fueron detenidas, algunas con una brutalidad similar a la de ciclos de protesta anteriores. En las calles de Caracas, el silencio reinaba al caer la tarde, 24 horas después de las protestas. La militarización y el pánico impuesto por guardias nacionales y paramilitares crearon un ambiente de toque de queda no oficial.
La oposición, encabezada por María Corina Machado y Edmundo González Urrutia, enfrenta una persecución intensificada por parte del gobierno. La oposición recuperó el 90% de las actas de votación, mostrando una victoria abrumadora de González Urrutia con el 67% de los votos. El gobierno de Costa Rica ofreció asilo político a Machado y González, pero Machado rechazó la oferta, priorizando la protección de sus compañeros asilados en la embajada argentina. Volker Türk, Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, expresó su profunda preocupación por la violencia y las detenciones masivas en Venezuela.