El Gobierno se comprometió con el FMI a implementar aumentos significativos en las tarifas de luz y gas, con incrementos superiores al 200% y 150% respectivamente, a partir de febrero. Estos ajustes forman parte de la estrategia para reducir los subsidios energéticos en un 0,5% del PBI en 2024. Además, se prevén actualizaciones mensuales y recortes en los subsidios al transporte urbano.
Aunque se considera postergar el aumento del gas para evitar impactos inflacionarios, se avanza con las subas en la electricidad, ante el aumento del consumo durante el verano. El Ministerio de Economía ha fijado un claro objetivo fiscal que incluye la reducción de subvenciones en las facturas de energía, con audiencias públicas como primer paso en este proceso.